Me agoto entre el hielo de abajo y el de arriba; ¿me abriré paso hacia arriba o hacia abajo? Por supuesto, floto sin perder las esperanzas entregado a mi obra, esperando una visa. Encima de mi hielo: iqué se quiebra, qué me raja la cabeza! Soy puro y sencillo, aunque no sea un campesino. Volveré a ti como las barcas de las canciones, recordando todo, hasta los viejos versos. Tengo menos de cincuenta, algo más de cuarenta. Gracias a ti vivo hace doce años. Tengo algo que contar al presentarme al Altísimo tengo algo con qué justificarme ante Él.
© Juan Lius Hernández Milían. Traducción, 2009