Cerrando el trato, grita el gitano: «Los caballos te dan holgura. Yo soy yo. Y basta, hermano. ¡Para mí, mi vida es dura! Aligera, te pido, porfías vanamente... A los caballos cuido, no a la gente. No consultes al ganado, huye consejos de gachí... El potro, te lo juro, no es robado y es de sangre magrebí».
© Oleg Shatrov. Traducción, 2012