Ahora, hablar es ridículo: no lo quería, no. Ya es tarde, se cerró el círculo, se terminó... Deseos acabados; se me va de las manos, como una flor tardía, mi primavera, única y entera, la tengo perdida. ¡Primavera!.. ¿Qué locura es esta? No bebas vino sobre apuesta, no cuelgues la llave sobre la puerta, la persiana bajada; de flores, nada, ni las aceptes ni las regales, aléjate de los males - ¡alerta! - ¡párate ahí quieta!                                                     En invierno, fríos fieros, infernales; los amores invernales son más fuertes, más formales. Mis deseos acabados; se me va de las manos, como una flor tardía, mi primavera, única y entera, la tengo perdida. ¡Ay, maldita sea! Si quieres, bebe vino sobre apuesta, cuelga la llave sobre la puerta, mira a los ojos sin miedo, porque si no, en enero llega la nieve a la puerta de nuevo, verás por la ventana calles desiertas... ¡Abre tus puertas! Y canta hasta el alba, y acepta las flores, si lo pide el alma; regala, si quieres regalarlas, si te encienden, ¡arde en llamas!
© Oleg Shatrov. Traducción, 2012